viernes, 22 de octubre de 2010

Un camino sin retorno



 Un camino sin retorno


" Si buscas el éxtasis olvida el miedo 
Olvida tu peso y tu medida 
Deja de lado tu nombre y tu historia 
Véte al campo a estudiar a la alondra 
y contémplala hasta que tus párpados 
copien el batir de sus alas, 
Si buscas el éxtasis 
no quieras regresar 
a la situación de antes de buscarlo"

Ibn al- Habib

La alondra conoce un momento singular que los ornitólogos denominan de acecho,los poetas de éxtasis y los campesinos de alegría. Con un aleteo intenso y recto sube hasta alcanzar una altura de siete o diez metros y desde allí, flotando, casi sin mover otra cosa que las rápidas alas,mira hacia la tierra cuyo color viste con el orgullo de quien vence, periódicamente, su ley de gravedad. Para los ornitólogos esa es la manera que la alondra tiene de escrutar los límites de su territorio; para el campesino, el modo en que observa y vigila la pequeñez de sus huevos, y para los poetas, para los poetas la alondra estiliza en ese hábito el lapso entre la compresión de lo que pesa y la visión de lo que levita. Por eso los sufis españoles dicen que es el ave de la taraqqi,el signo de elevación. Ibn al-Habbib de Málaga, que vivió en el siglo XI, cazador de niño y poeta tardío, escribió: " Si buscas el éxtasis olvida el miedo Olvida tu peso y tu medida Deja de lado tu nombre y tu historia Véte al campo a estudiar a la alondra y contémplala hasta que tus párpados copien el batir de sus alas, Si buscas el éxtasis no quieras regresar a la situación de antes de buscarlo" Se dice que salía a los prados para ver a la alondra y que tendido cara al cielo, entre las hierbas,seguía con la mirada su vuelo ondulante y con los oidos la canción que fluía en circulos. Tardó años en comprender que su melodía se hacía tanto mas hermosa cuando el ave volvía a la tierra, y que, en su imperiosa caída vertical, engañaba al suelo con un silencio de alas plegadas haciéndole imaginar un choque que nunca ocurría, pues a pocos palmos de las matas frenaba su descenso con una contradanza y un leve erizamiento de su cresta. Como jamás regresa al punto del que partiera su vuelo, los ornitólogos sospechan que de ese modo distrae a sus predadores, los campesinos, que juega a disimular su placer y los poetas, los poetas como Ibn al- Habib, que así es el éxtasis. Suspensión en el vacío, ojos que vuelven de un aleteo que ya no es.

                                                                        Mario Satz

***
Los pájaros son los protagonistas de una delicada metáfora de la vida y el alma humanas, en lo que éstas tienen de destello del Universo. Con el tono envolvente de los viejos contadores de cuentos y la evocación prosódica en cada una de las fábulas de las narraciones orientales, cuyo ejemplo más significativo para los occidentales acaso sea la vasta Mil y una noches, Mario Satz enfrenta al lector ante verdades tan sencillas y bellas como esenciales.

Querido Ser Humano : Una danza tan bella pretende sin duda, por obra del miedo distraer a sus predadores, pero a pesar de ello es tal el placer que le procura que juega a disimular su éxtasis. Los poetas sabemos que esto ocurre a menudo cuando cerramos los ojos con un papel delante y una pluma en la mano y ese extraño " no sé que que"  nos abstrae, que nos inunda nos eleva, nos suspende en una suerte de  vacío,del que volvemos siendo distintos para desparramarnos  en palabras. palabras. Si, ciertamente es como hacer el amor en rito de viento, como una bella contradanza, el andar por el mundo y con un aleteo intenso levitar, quedarse sin peso y sin medida de vez en cuando para ver desde arriba, conocer la taraqqi y no querer regresar a los ojos que ya no serán mas. 
Teresa Delgado

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