lunes, 22 de abril de 2013

Lo “urgente” quita tiempo a lo “importante”.





Gastamos mucho tiempo en atender a múltiples problemas menores agudos, mal llamadas urgencias, durante nuestra consulta.
Somos muy eficientes resolviendo en la zona B, cuando los ancianos ya están en franco deterioro.
Pero la zona A, donde seríamos más eficientes y efectivos, dando más salud, más calidad de vida y mayor bienestar a los mayores y a sus familiares está sufriendo un coste de oportunidad en recursos importante.
Sólo basta dedicar más tiempo, medios y esfuerzos en el momento que son válidos para sus actividades avanzadas, instrumentales y básicas de la vida diaria.
¿Por qué no nos dejan dedicar ese aumento del horario de nuestra jornada laboral a tal menester?.
Juan Antonio García Pastor
Médico con consciencia
Safe Creative #0911260084719



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